¡Qué ganas de cambiar! Cambiar de lugar. Cambiar de vida. Cambiar de algunas "amistades". Cambiar a mejor en todos los aspectos. Cambiar, simplemente cambiar, con todo lo que ello conlleva. Siempre he dicho que cuando las cosas están bien, ¿para qué cambiarlas? Y la verdad es que ahora no todo está bien, las cosas podrían ir mejor. Pero algo me dice que es tiempo de cambios. Y me parece bien. Porque como un día escuché: "las cosas cambian, y debemos aceptarlo".
Inventar una palabra. Gritar. Saltar. Sentir la adrenalina...
Recorreré de nuevo ese paseo acompañada del aire y nada más. Caminaré. Cerraré los ojos y suspiraré. Reviviré ese primer beso y retendré el último. No se marcharán los momentos compartidos. Imaginaré toda una vida, creando un futuro basado en el pasado...
Tengo que aprender por fin de una vez que la vida no se mide en el tiempo con horas, minutos y segundos, ni por las veces que respiro, sino por todas las veces que la vida me deja sin aliento. Ojalá pudiera inmortalizar todos los buenos momentos, todos aquellos que quisiera recordar por siempre. De hecho, ojalá pudiera grabar toda mi vida, para aprender de mis errores y volver a ver una y otra vez los mejores momentos. Ojalá tuviera un mando con el que pudiera pasar muy deprisa los momentos menos agradables, pasar muy despacio los ratos inmejorables, y pausar en un segundo un beso eterno.
Guardaría en un baúl los recuerdos más hermosos...
Pero un día cualquiera, en un futuro ilógico, en un futuro incierto, en un futuro contradictorio, en un futuro próximo... Lo dejaré todo atrás. Escaparé. Huiré sin mirar atrás ...